Sísifo, el rey impío de la mitología griega, fue castigado a empujar una piedra hasta lo alto de una montaña, pero antes de llegar a la cima, la roca volvía a rodar hacia abajo una y otra vez. Este mito nos recuerda la biomasa que se acumula en las orillas del Mar Menor: se retira y antes de que el equipo encargado de su extracción abandone el lugar, vuelve a aparecer.
Acabamos de saber que el Consejo de Gobierno de la CARM ha autorizado casi 7,4 millones de euros para la retirada de biomasa vegetal y limpieza de áreas marítimas del Mar Menor en 2024 en la sesión celebrada el 1 de febrero, sin que entre las medidas prioritarias para la recuperación del Mar Menor se encuentre una sola que ponga el foco en el origen de la masiva proliferación de algas como consecuencia de las entradas de nitratos y otros nutrientes.
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| Orillas de fangos en Los Urrutias |
Pacto por el Mar Menor considera que ninguna de las medidas para la recuperación del Mar Menor recogidas en el documento publicado en Canal Mar Menor tiene como finalidad reducir o regular las principales causas que ocasionan la eutrofización de las aguas de la laguna, como son la agricultura intensiva y las granjas porcinas.
Alguna de estas medidas se solapan con otras que llevan a cabo otros organismos como el Sistema de monitorización de parámetros ambientales, y otras, como la prueba piloto de oxigenación, no tienen un respaldo científico cualificado. En cuanto a la desnitrificación mediante biorreactores Pacto por el Mar Menor ya se pronunció (ver en otra entrada anterior) a favor de la instalación de pequeñas balsas desnitrificantes, junto con filtros verdes y estanques de laminación de agua a lo largo de toda la cuenca vertiente, no de una instalación de 16 enormes biorreactores al final de la rambla, y de cuya eficacia existen dudas, ya que no se ha podido contrastar con otros existentes debido al tamaño propuesto.
Otras medidas son adecuadas: la puesta en marcha de un Banco de especies (a este paso solo podremos saber qué fauna marina existía en el Mar Menor en los acuarios) o el banco de filtradores autóctonos (ostras) que ayudarán sin duda a bajar la cantidad de fitoplancton (microalgas). El Proyecto de rehabilitación de las salinas de Marchamalo, siendo importantísimo para la biodiversidad, mantenimiento de zonas húmedas y protección de peces en peligro de extinción como el fartet, no contribuye a la mejora de la calidad de las aguas del Mar Menor.
Pacto por el Mar Menor está de acuerdo con la recogida de algas putrefactas en las orillas del Mar Menor para evitar que contribuyan a la eutrofización existente y para evitar los fuertes olores y molestias a las poblaciones ribereñas. Sin embargo, considera que este tipo de actuaciones puntuales solo pueden paliar pequeños sectores del litoral, pero son inviables para recuperar la calidad ambiental de todo el perímetro de la laguna, y no entiende que no se haga todo lo posible por actuar en el foco del problema.
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| Algas recogidas en Los Urrutias |