martes, 1 de febrero de 2022

¿Qué son los biorreactores y cuál es el proyecto de la Consejería?

Durante las últimas semanas no dejan de aparecer noticias sobre la medida propuesta por el Gobierno regional para paliar la entrada de nutrientes en el Mar Menor: la instalación de biorreactores. Pero ¿qué son los biorreactores?

Un biorreactor con astillas de madera es una técnica usada para eliminar los nitratos de las aguas del drenaje agrícola, y consiste en un depósito que se llena de astillas de madera y se lleva a condiciones anaeróbicas rellenándolo con el agua drenada para provocar su desnitrificación por la acción de los microorganismos que aporta la madera.

Imagen de biorreactor tomada de University of Illinois Extension


El proyecto de los biorreactores que salió a concurso público en una primera licitación por 2,5 millones de euros consiste en la construcción de 15 balsas, en las que se introducirían astillas procedentes de la poda de limoneros y naranjos que dicen desnitrificar un caudal de 200l/s en la rambla del Albujón y el canal D-7.

Estos biorreactores están en fase de experimentación por la UPCT en pequeñas balsas, por lo que no se tienen evidencias de que vaya a funcionar a gran escala, como la que ha planteado la Consejería en varias parcelas agrícolas en Los Alcázares y que ocuparían una extensión de 48.500 m2. Por esta razón nos preguntamos si el equipo de investigación de la Universidad Politécnica puede confirmar el mantenimiento del rendimiento experimental a escala real tras los resultados obtenidos en el proyecto piloto y su extrapolación a la realidad.

Tanto Ecologistas en Acción como Pacto por el Mar Menor consideran que es necesario hacer previamente una Evaluación de Impacto Ambiental, no sólo porque se conocerán los detalles sino porque se facilitará la participación ciudadana. La ausencia de EIA supondría la nulidad del proyecto y la eventual responsabilidad penal personal de quien lo haya impulsado sin este trámite ambiental.

El alto precio de su construcción, el cual ha ascendido al doble en una segunda licitación con fecha de 1 de febrero por 5 millones de euros, es una muestra de la improvisación por parte de la CARM, que además no ha tenido en cuenta el coste de su funcionamiento, ni del combustible que se necesitaría para triturar las ingentes cantidades de astillas de limoneros y naranjos que se necesitarían para los enormes caudales que se pretenden desnitrificar. 

Sería mucho más efectivo el uso de biorreactores o filtros verdes a lo largo de toda la cuenca vertiente, en aquellos puntos donde se produzcan surgencias de aguas contaminadas por el drenaje de los campos agrícolas o por cualquier otra causa, con la participación y a cargo de quien sea responsable de ese vertido.

Consideramos que esto es nada más que una pequeña parte de un gran problema y que no está realmente integrado en el resto de soluciones que son necesarias. Solamente se puede atajar el problema actuando en origen, es decir, evitando los vertidos de nitratos y no eliminándolos al final de la cuenca vertiente, mediante un sistema del que no está probada su eficacia y que podría causar daños añadidos al medio ambiente por la gran biomasa que se manejaría y/o la aparición de otros contaminantes.




Para conocer el proyecto de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente:




En marzo de 2023 se suspenden las obras  de los biorreactores. Ver noticia en

La Opinión