En el informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de mayo de este año sobre la mancha blanca se atribuye su formación a las crecientes descargas de aguas continentales y subterráneas ricas en bicarbonatos, el aumento de la actividad fotosintética y los procesos de desnitrificación que habrían aumentado la alcalinidad y el pH de la laguna.
Esta mancha, que se extiende sobre un 10% del Mar Menor desde 2022 en las inmediaciones de la desembocadura de la rambla del Albujón, impide que la vegetación del fondo marino pueda realizar la fotosíntesis ya que la luz solar no puede llegar hasta allí.
El informe, “revela una situación preocupante”, ya que estas praderas marinas son esenciales en la regulación de los ecosistemas del Mar Menor.
Si la mancha siguiera creciendo generaría menor producción primaria, lo que favorecería la aparición de condiciones anóxicas.