lunes, 26 de noviembre de 2018

Inundaciones y posibles soluciones

Opinión del Grupo de Coordinación de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor sobre el problema de las inundacions en la cuenca del Campo de Cartagena y posibles soluciones

Dada la necesidad de dar solución a los graves problemas de las inundaciones que se producen en la cuenca hidrológica del Campo de Cartagena que afectan a la integridad y seguridad de su población y de sus bienes, y también a la degradación de su medio ambiente y del Mar Menor, hacemos una reflexión sobre dos temas importantes: las medidas en origen y los tanques de tormenta.

MEDIDAS EN ORIGEN
Son las medidas preferentes, no las únicas, pero sí las más eficaces. Estas son las que se ejecutan en los sitios donde se originan las primeras aguas de escurrimiento superficial cuando se producen las lluvias y que dependen de entre varios factores, del lugar de la cuenca donde se producen y de sus condiciones de topografía, suelos y usos y de las características de las lluvias (cantidad, intensidad, torrencialidad, etc.)

En el Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura 2015-2021 se recogen varias de estas medidas, como la corrección hidrológico forestal, pero que por no tener dotación presupuestaria no se han ejecutado en la cuenca del Campo de Cartagena.

Las medidas en origen recomendadas, en resumen, son:

- La corrección hidrológico forestal.

- La corrección agroforestal hidrológica.

- Las medidas de conservación de suelos y agua en las prácticas agronómicas. Medidas que empiezan por tener diseñadas unas buenas prácticas agrarias: laboreo de los suelos que favorezcan el aumento de la infiltración y de la permeabilidad lo que contribuye a disminuir la escorrentía.

- Las medidas de lucha contra la erosión de los suelos que son gran parte de las que recoge la Ley de Medidas Urgentes para la protección del Mar Menor: surcos en curvas de nivel o adecuados a la topografía sin provocar erosión, bancales protegidos, fajas de protección, setos, etc., pero diseñadas y proyectadas con este propósito (evitar la erosión).

- La modernización del drenaje agrícola: recuperación de los drenajes existentes y su mantenimiento hidrológico; dotación de drenaje agrícola en las zonas donde se ha realizado la modernización de los regadíos y en las próximas a las afectadas por sellado del suelo; integración con la red de caminos rurales y carreteras.

- Gestión integral del agua en los invernaderos.


TANQUES DE TORMENTA
Los tanques de tormenta son depósitos que se construyen en zonas urbanas e industriales y en sus inmediaciones con el fin de parar el primer golpe de agua de lluvia que es la más contaminada. Desgraciadamente en las riberas del Mar Menor no cumplen esta función debido a la gran cantidad de agua que suele caer en nuestra región en poco tiempo y a la gran cantidad de materiales que lleva y arrastra. Estas lluvias torrenciales llenan y desbordan estos depósitos en pocos minutos tal como se pudo comprobar el jueves 15 de noviembre en los que millones de litros de agua y tierras contaminadas llegaron a la laguna.

En la implantación actual de estas infraestructuras en el entorno del Mar Menor, los tanques de tormenta recogen, además de las aguas urbanas (calles, tejados, jardines, etc.), las aguas agrícolas, de ahí el color marrón de las avenidas. Sin embargo, esta no es la finalidad para las que están diseñados, el arrastre de los suelos de tierras de cultivo no ha de llegar a estos depósitos sino que ha de frenarse en origen con buenas prácticas agrícolas que eviten la erosión y el arrastre del suelo.

Otro problema añadido es que estas balsas tienen un almacenamiento limitado, por lo que hay que vaciarlas y limpiarlas de inmediato porque de lo contrario, entre otros efectos negativos, se produce la concentración y solubilización de metales pesados, que pueden volver a circular en el medio. Si no hay mantenimiento estas balsas no sirven para el cometido para el que fueron construidas y si hay mantenimiento hay gastos que muchos ayuntamientos no pueden o no quieren asumir.

Es nuestra opinión que los tanques de tormentas son una medida más de las soluciones a los problemas de degradación del Mar Menor, pero ni la única, ni la más eficaz. Tienen que estar bien proyectados, diseñados y localizados para las zonas urbanas y/o industriales a las que deben de dar servicios, aislados de la influencia hidrológica de las superficies agrarias, y tener la garantía de su gestión y mantenimiento (Quién es responsable de la infraestructura y quién de la limpieza y reparación de la misma a lo largo de su ciclo de vida).

La inversión en estas infraestructuras son un gran reclamo para grandes empresas y su entramado político-administraciones como se ha puesto de manifiesto en el proyecto de Vertido Cero en el que la solución al grave problema del Mar Menor, según la Administración Regional pasa por la construcción de grandes infraestructuras de recogida de aguas, sin tener en cuenta las soluciones agrarias y de corrección hidrológico-forestal en origen, que es más que evidente actualmente.

Las fotos de la CHS que siguen a continuación sobre los daños ocasionados por las lluvias recientes demuestran que las infraestructuras, sin medidas de conservación de suelos y de lucha contra la erosión, se colapsan rápidamente.

Foto CHS. Canal del Post-trasvase Tajo-Segura con aterramiento consecuencia de la erosión de los suelos. 
Foto CHS. Canal y compuerta del Post-trasvase Tajo-Segura colapsados por el arrastre de suelos y basuras

Como nota a estas opiniones podemos señalar lo que sigue:

La declaración de la consejera Arroyo  el 21 de noviembre en la que ha pedido a los grupos políticos «que consigan el acuerdo necesario» para cambiar la ley y poder «abordar con carácter de urgencia las actuaciones de los tanques de tormenta en el Mar Menor» nos recuerda que no es la primera vez que nuestros gobernantes entienden la ley como un impedimento para lograr sus fines en vez de entenderla como un medio para proteger el medio natural que nos da la vida.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Tanques de tormenta

La plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor muestra su extrañeza ante la noticia aparecida en la prensa del jueves 22 de noviembre en la que el Gobierno Regional propone la construcción de tanques de tormenta en Mar de Cristal, Islas Menores y Torre Pacheco, tan solo una semana después de que las lluvias que inundaron Los Alcázares y La Ribera demostraran la inutilidad de estas construcciones.



Los tanques de tormenta son depósitos que se construyen en zonas urbanas e industriales y en sus inmediaciones con el fin de parar el primer golpe de agua de lluvia que es la más contaminada. Desgraciadamente en las riberas del Mar Menor no cumplen esta función debido a la gran cantidad de agua que suele caer en nuestra región en poco tiempo y a la gran cantidad de materiales que lleva y arrastra. Estas lluvias torrenciales llenan y desbordan estos depósitos en pocos minutos tal como se pudo comprobar el jueves 15 de noviembre en los que millones de litros de agua y tierras contaminadas llegaron a la laguna.

En el entorno del Mar Menor, los tanques de tormenta recogen, además de las aguas urbanas (calles, tejados, jardines, etc.), las aguas agrícolas, de ahí el color marrón de las avenidas. Sin embargo, esta no es una finalidad para las que están diseñados, el arraste de tierras de cultivo no ha de llegar a estos depósitos sino que ha de frenarse en origen con buenas prácticas agrícolas que eviten la erosión y el arrastre del suelo. 
Raúl Fernández. Escuela de Organización Industrial http://www.eoi.es 

Otro problema añadido es que estas balsas tienen un almacenamiento limitado, por lo que hay que vaciarlas y limpiarlas de inmediato porque de lo contrario, entre otros efectos negativos, se produce una concentración y solubilización de metales pesados, que pueden volver a circular en el medio. Si no hay mantenimiento estas balsas no sirven para el cometido para el que fueron construidas y si hay mantenimiento hay gastos que muchos ayuntamientos no asumen.

La inversión en estas infraestructuras son un gran reclamo para grandes empresas y su entramado político-administraciones como se ha puesto de manifiesto en el proyecto de Vertido Cero en el que la solución al grave problema del Mar Menor, según la Administración Regional pasa por la construcción de grandes infraestructuras de recogida de aguas, sin tener en cuenta las soluciones agrarias y de corrección hidrológico-forestal en origen, que es más que evidente actualmente.

La declaración de la consejera Arroyo que ha pedido a los grupos políticos «que consigan el acuerdo necesario» para cambiar la ley y poder «abordar con carácter de urgencia las actuaciones de los tanques de tormenta en el Mar Menor» nos recuerda que no es la primera vez que nuestros gobernantes entienden la ley como un impedimento para lograr sus fines en vez de pensar en proteger el medio natural que nos da la vida.

Repercusión en los medios
La Verdad Murcia.com Diario de La Manga 

lunes, 19 de noviembre de 2018

Actuaciones en origen ya

Lo venimos diciendo desde hace años: hay que actuar en origen. No nos hemos cansado de decirlo desde que nos constituimos como plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor. Sin embargo, la administración no ha entendido que las amenazas que se ciernen sobre la laguna son las mismas desde hace 40 años: agricultura, urbanismo, minería, aguas residuales... y que hay que ir al fondo de los problemas para evitar que desastres tan graves como los que han ocurrido estos días de noviembre, y que se vienen produciendo desde el año 2015 con bastante frecuencia y poca cantidad de lluvia (no se han superado los 50 l/m2 en el momento de escribir esta entrada), no vuelvan a producirse.

El Mar Menor es una cubeta que recoge las aguas pluviales de la cuenca adyacente. Las lluvias torrenciales no son nada nuevo en esta zona, llevan ocurriendo desde hace miles de años. Pero lo que sí es nuevo es la roturación salvaje que ha destruido bancales y arbolado de secano que se cultivaba en terrazas y que contribuían a frenar y a absorber el agua de lluvia cuando cae de manera impetuosa en nuestra región. Es nuevo también el uso de productos químicos (fertilizantes, insecticidas, plaguicidas, etc.) que utiliza esa agricultura insostenible de sus inmediaciones y que lógicamente son arrastrados por el agua de lluvia junto con las tierras erosionadas a través de ramblas y ramblizos. Nuevo es que se permitiera y se siga permitiendo edificar sobre zonas inundables y que se desviaran los cursos naturales del agua de lluvia que ahora reclaman su paso. Y nuevo también, que se dejaran minas sin sellar cuyos metales pesados llegan al Mar Menor con las escorrentías de la Sierra Minera.

El Mar Menor recibiendo los arrastres de tierra conteniendo abonos, insecticidas, plaguicidas, etc. Foto: F. Alcaraz

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Repercusión en los medios