Amores posibles

Artículo publicado por el diario La Opinión de Murcia el 14 de junio de 2019

Amores posibles 

Por Celia Martínez Mora
Investigadora e integrante del grupo de coordinación de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor

La I Jornada de Participación Ciudadana Pacto por el Mar Menor desarrollada en ARQVA el 5 de junio fue un éxito rotundo, en ponencias, asistencias y en la posterior movilización de personas dispuestas a colaborar y formar parte. También lo fue porque nos regaló esa motivación que nos recuerda un trabajo bien hecho, premiado en varias ocasiones, altruista y plenamente reconocido.

Esta fue una Jornada concebida con mes y medio de antelación que coincidió con una atención mediática sobre las imágenes de vertidos de diversa procedencia que la ciudadanía nos envía a la Plataforma. Sin embargo, esta Jornada que esperamos sea la primera de muchas otras, nace con el objetivo de construir el tipo de sociedad que queremos ser con sus normas de convivencia, en el contexto Mar Menor y sus poblaciones.

Llegados a este punto, es necesario comprender que la participación ciudadana nace y se desarrolla en el ámbito social pero también incide sobre cuestiones que atañen a los poderes públicos; evalúa, analiza y apoya o no sus decisiones. Aquí es donde se mueve Pacto por el Mar Menor, con objetivos claramente socioambientales. Se equivocan quienes nos consideran solamente ambientales, se equivocan más aún si pretenden desligar medio ambiente de sociedad en un ecosistema eminentemente social como es el Mar Menor. Desde Pacto no solo hablamos de él, hablamos de construir otro modelo de sociedad próspera vinculada a la laguna que incluya a todos, junto a un ecosistema vivo y protegido.

Hablamos de dar soluciones reales y sostenibles a sectores agrario, turístico y de servicios que ya existen en la zona. Del mismo modo que solicitamos el cese de vertidos, pedimos soluciones para los sectores económicos cuyos modelos de desarrollo sin guía ni tutela ha llevado al descontrol y al impacto final. Las personas que formamos parte de Pacto somos marmenorenses y queremos lo mejor para nuestro lugar y nuestras familias. La causa por la que nos hemos asentado en su ribera, lo que nos ha llevado a elegirlo como lugar para crecer y crear, es el Mar Menor en sí mismo.

Me llaman poderosamente la atención las personas que dicen haber disfrutado siempre del Mar Menor, que lo ven hoy mejor que nunca. Me pregunto cómo puede ser posible. Reflexiono, voy a él y vuelvo a sumergirme en diferentes puntos. Y echo tanto de menos tantas cosas, tan mías, tan nuestras, que no puedo comprenderlo. Cuando alguien ha vivido el Mar Menor de hace 30 años a diario y se sumerge hoy ve, toca, huele, escucha, siente y esa máquina tan excelsa que es nuestro cerebro, procesa la información y compara vivencias. El resultado es incuestionable; no está mejor, ni siquiera igual y nos pide ayuda. No es válido compararlo con la terrorífica sopa verde, es una aberración hacerlo. Hay que compararlo con aquella laguna de sal que nos enamoró e hizo suyos.

En el fondo creo que muchas personas han conocido el Mar Menor solo como paisaje y no han llegado a su verdadera esencia.

Pacto nació con la intención de disolverse cuando se garantizase la protección de la laguna. Seguimos trabajando porque aún no se ha logrado. Ciertamente, para una actividad intensiva, de dedicación de tiempo personal, sin ningún tipo de incentivo económico ni político vinculado, es un logro trabajar la participación ciudadana sobre el Mar Menor cuatro años después. Nos gustaría descansar. Pero nos hemos reunido un grupo de personas que creemos que el futuro se construye desde una sociedad responsable, resolutiva y que aprende de sus errores. Los cambios son comunitarios y complejos, porque la magnitud del problema es tremenda y porque queremos soluciones definitivas.

La inercia es una pseudo fuerza y este modo de trabajar desde abajo de forma altruista aún no ha sido bien entendido. Por ello se dicen cosas que no son, por inercia, por costumbre, por lo que siempre ha sido. Nosotros conformamos un conjunto heterogéneo de personas y colectivos. Expresamos las preferencias de un nutrido grupo de la sociedad sin vía directa con las instituciones. Ayudamos a la transparencia. Pacto solo traslada una situación a quienes toman decisiones.

Si tenemos conocimiento de un vertido, lo damos a conocer para que lo solucionen. No se trata de denunciar a nadie, sino de que se evite ese vertido porque al Mar Menor no debe entrar nada más que el agua de las precipitaciones y el intercambio natural con el acuífero, de no estar contaminado, y con el Mediterráneo a través de sus golas naturales. Queremos que se analice su origen y se dé la solución necesaria para que cese. Así tendríamos a sectores productivos, ciudadanía, poder ejecutivo y Mar Menor construyendo futuro.

Yo misma tengo mi ideología, mi religión, mis gustos. No sé cuál es la de mis compañeros ni me importa. Con ellos no construyo un partido político, para eso tengo otros compañeros, en Pacto construimos Mar Menor y su Sociedad. ¿Es tan difícil de comprender esto? ¿Somos demasiado utópicos? No lo creo, no creo en los amores imposibles y menos aún en los contrariados. El Mar Menor y su Sociedad es un amor posible, real y algo por lo que merece la pena luchar.