El bombeo de la rambla del Albujón en la debacle del Mar Menor
Ramón Pagán González
Químico e integrante del grupo de coordinación de Pacto por el Mar Menor
La nula capacidad de acción que tiene nuestro Gobierno regional para corregir en origen los problemas que están matando a nuestro Mar Menor produce un hartazgo sin límites; mientras, nuestra albufera sigue agonizante, acercándose cada día más a su colapso total.
Cada vez que alguien alza la voz en esta región para pedirle a su gobierno que se ponga a trabajar y haga cumplir la ley y todas las normativas ambientales vigentes de protección de este ecosistema tan singular responden con un mantra muy bien aprendido y mil veces repetido: “Qué la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ponga en marcha la estación de bombeo de la desembocadura de la rambla del Albujón”. Lo que, además les sirve de excusa perfecta para seguir sin hacer nada en su función de vigilancia y control de esa misma actividad agrícola.
La estación de bombeo de la rambla del Albujón se creó en los años 90 por la CHS con fondos públicos para elevar y conducir las aguas de drenaje del Campo de Cartagena hasta una planta desalobradora situada en El Mojón (San Pedro del Pinatar) para que allí, una vez desalobradas, fueran reutilizadas por los regantes. La instalación y canalización de esta infraestructura costó una fortuna en su tiempo, 5.956,8 millones de pesetas. Los usuarios, es decir, los regantes, a cambio deberían hacerse cargo de su mantenimiento. Pero la desaladora del Mojón pronto tuvo que detener su funcionamiento porque las salmueras que vertía al Mediterráneo iban cargadas de, entre otros productos químicos, nitratos. Las comunidades de regantes, por otra parte, no quisieron seguir manteniendo las instalaciones, por considerarlas costosas.
Como consecuencia, la estación de bombeo fue abandonada, estando sin uso durante varios años. Las tuberías de fibrocemento de las canalizaciones que comunican la estación con el Mojón, de 28 km de longitud, se deterioraron principalmente por envejecimiento prematuro de las juntas de goma que unían estas tuberías.
A petición de las comunidades de regantes esta estación fue reparada por la CHS a raíz del alto nivel de eutrofización del Mar Menor en 2016 y ha estado funcionando intermitentemente a causa de las frecuentes averías en sus tuberías que han originando vertidos al Mar Menor. Durante los periodos en los que estas aguas llegaban al Mojón, eran mezcladas con aguas del trasvase Tajo – Segura y de la desalinizadora de Torrevieja, para bajar su salinidad y así poder obtener agua de mejor calidad para el riego.
En septiembre de 2019, la potente Depresión Atmosférica en Niveles Altos (DANA) dejó inoperativa la estación de bombeo. Entonces la Consejería de Agricultura Pesca y Medio Ambiente reclamó su reparación y en una reunión el 4 de noviembre de 2019 entre CHS, Consejería y comunidades de regantes, la Confederación comunicó que la estación de bombeo había sido reparada y que pronto empezarían a hacer pruebas de funcionamiento. A su vez la CHS hizo dos solicitudes: una al Gobierno regional pidiendo un permiso de vertido por si se producía una avería en la conducción, permiso que le fue concedido cuatro meses más tarde; y una segunda solicitud a los regantes para que hicieran la correspondiente petición de agua para riego procedente de este bombeo, proponiendo un importe de 16 cts/m3 de agua, importe que no fue aceptado por los regantes, aunque el precio bajó hasta los 13 cts/m3.
Es momento de asumir responsabilidades, competencias y tomar decisiones, el problema de contaminación del Mar Menor está en los nitratos que llegan a la laguna, en los nitratos que contaminan su acuífero, en los cientos de miles de toneladas de nitratos que cada año se utilizan en la agroindustria del campo de Cartagena, este es el problema de origen, y aquí es donde se ha de actuar para poder devolver el equilibrio a la laguna. Cosa que hasta la fecha no se ha hecho.
Volver a poner en funcionamiento la estación de bombeo de la rambla del Albujón, es solo una medida de emergencia que hay que adoptar para llevar esas aguas al Mojón, y allí mezclarlas y reciclarlas para riego, que es lo único que se puede hacer ahora con ellas. Tratar en este momento de desnitrificar estas aguas o las salmueras resultantes de su desalobración, es una tecnología de la que actualmente no hay constancia que esté disponible para los caudales que aquí se consideran. Y siempre se debe contar con la aportación económica de los regantes o la agroindustria que es donde radica la causa del problema.
Por tanto, se debe actuar en los dos niveles: uno, descargando el acuífero, eliminando los vertidos en superficie, bombeando y dando el tratamiento más adecuado a estas aguas con la participación económica de los regantes, y dos, y muy importante, limitando el uso de nitratos en los campos, con unas buenas prácticas agrícolas y su control por parte de la comunidad autónoma.
Las tres partes implicadas, Gobierno Regional, CHS y regantes, deben poner soluciones viables a este gravísimo problema. Sin embargo, en vez de buscar soluciones, se están pasando la patata caliente de unos a otros, ya que todos saben que lo más probable es que este verano el Mar Menor sufra otro episodio de anoxia (así lo indican sus actuales índices de eutrofización) y solo pretenden que no sea a ellos a quienes les explote esta situación en la cara.
Estamos viviendo una tragedia de dimensiones mundiales con la pandemia por coronavirus, pero si se produce este verano el colapso del Mar Menor, además de lo anterior, tendría unas consecuencias terribles para la Región de Murcia, en todos los aspectos. Ahora solo falta saber si hay voluntad e inteligencia para buscar soluciones, o seguiremos buscando culpables.
La nula capacidad de acción que tiene nuestro Gobierno regional para corregir en origen los problemas que están matando a nuestro Mar Menor produce un hartazgo sin límites; mientras, nuestra albufera sigue agonizante, acercándose cada día más a su colapso total.
Cada vez que alguien alza la voz en esta región para pedirle a su gobierno que se ponga a trabajar y haga cumplir la ley y todas las normativas ambientales vigentes de protección de este ecosistema tan singular responden con un mantra muy bien aprendido y mil veces repetido: “Qué la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ponga en marcha la estación de bombeo de la desembocadura de la rambla del Albujón”. Lo que, además les sirve de excusa perfecta para seguir sin hacer nada en su función de vigilancia y control de esa misma actividad agrícola.
La estación de bombeo de la rambla del Albujón se creó en los años 90 por la CHS con fondos públicos para elevar y conducir las aguas de drenaje del Campo de Cartagena hasta una planta desalobradora situada en El Mojón (San Pedro del Pinatar) para que allí, una vez desalobradas, fueran reutilizadas por los regantes. La instalación y canalización de esta infraestructura costó una fortuna en su tiempo, 5.956,8 millones de pesetas. Los usuarios, es decir, los regantes, a cambio deberían hacerse cargo de su mantenimiento. Pero la desaladora del Mojón pronto tuvo que detener su funcionamiento porque las salmueras que vertía al Mediterráneo iban cargadas de, entre otros productos químicos, nitratos. Las comunidades de regantes, por otra parte, no quisieron seguir manteniendo las instalaciones, por considerarlas costosas.
Como consecuencia, la estación de bombeo fue abandonada, estando sin uso durante varios años. Las tuberías de fibrocemento de las canalizaciones que comunican la estación con el Mojón, de 28 km de longitud, se deterioraron principalmente por envejecimiento prematuro de las juntas de goma que unían estas tuberías.
A petición de las comunidades de regantes esta estación fue reparada por la CHS a raíz del alto nivel de eutrofización del Mar Menor en 2016 y ha estado funcionando intermitentemente a causa de las frecuentes averías en sus tuberías que han originando vertidos al Mar Menor. Durante los periodos en los que estas aguas llegaban al Mojón, eran mezcladas con aguas del trasvase Tajo – Segura y de la desalinizadora de Torrevieja, para bajar su salinidad y así poder obtener agua de mejor calidad para el riego.
En septiembre de 2019, la potente Depresión Atmosférica en Niveles Altos (DANA) dejó inoperativa la estación de bombeo. Entonces la Consejería de Agricultura Pesca y Medio Ambiente reclamó su reparación y en una reunión el 4 de noviembre de 2019 entre CHS, Consejería y comunidades de regantes, la Confederación comunicó que la estación de bombeo había sido reparada y que pronto empezarían a hacer pruebas de funcionamiento. A su vez la CHS hizo dos solicitudes: una al Gobierno regional pidiendo un permiso de vertido por si se producía una avería en la conducción, permiso que le fue concedido cuatro meses más tarde; y una segunda solicitud a los regantes para que hicieran la correspondiente petición de agua para riego procedente de este bombeo, proponiendo un importe de 16 cts/m3 de agua, importe que no fue aceptado por los regantes, aunque el precio bajó hasta los 13 cts/m3.
Es momento de asumir responsabilidades, competencias y tomar decisiones, el problema de contaminación del Mar Menor está en los nitratos que llegan a la laguna, en los nitratos que contaminan su acuífero, en los cientos de miles de toneladas de nitratos que cada año se utilizan en la agroindustria del campo de Cartagena, este es el problema de origen, y aquí es donde se ha de actuar para poder devolver el equilibrio a la laguna. Cosa que hasta la fecha no se ha hecho.
Volver a poner en funcionamiento la estación de bombeo de la rambla del Albujón, es solo una medida de emergencia que hay que adoptar para llevar esas aguas al Mojón, y allí mezclarlas y reciclarlas para riego, que es lo único que se puede hacer ahora con ellas. Tratar en este momento de desnitrificar estas aguas o las salmueras resultantes de su desalobración, es una tecnología de la que actualmente no hay constancia que esté disponible para los caudales que aquí se consideran. Y siempre se debe contar con la aportación económica de los regantes o la agroindustria que es donde radica la causa del problema.
Por tanto, se debe actuar en los dos niveles: uno, descargando el acuífero, eliminando los vertidos en superficie, bombeando y dando el tratamiento más adecuado a estas aguas con la participación económica de los regantes, y dos, y muy importante, limitando el uso de nitratos en los campos, con unas buenas prácticas agrícolas y su control por parte de la comunidad autónoma.
Las tres partes implicadas, Gobierno Regional, CHS y regantes, deben poner soluciones viables a este gravísimo problema. Sin embargo, en vez de buscar soluciones, se están pasando la patata caliente de unos a otros, ya que todos saben que lo más probable es que este verano el Mar Menor sufra otro episodio de anoxia (así lo indican sus actuales índices de eutrofización) y solo pretenden que no sea a ellos a quienes les explote esta situación en la cara.
Estamos viviendo una tragedia de dimensiones mundiales con la pandemia por coronavirus, pero si se produce este verano el colapso del Mar Menor, además de lo anterior, tendría unas consecuencias terribles para la Región de Murcia, en todos los aspectos. Ahora solo falta saber si hay voluntad e inteligencia para buscar soluciones, o seguiremos buscando culpables.