Hace cinco años un pequeño grupo de personas preocupadas por el alarmante deterioro del Mar Menor, a causa de un desarrollo socioeconómico desequilibrado y la inacción de las administraciones competentes para su protección y cuidado, pusimos en marcha Pacto por el Mar Menor.
Dimos los primeros pasos sobre un camino casi inexplorado hasta entonces en la Región de Murcia: el del activismo socioambiental desde el despertar de la ciudadanía. En muy poco tiempo, varios cientos de personas de diferentes profesiones e ideologías, colectivos conservacionistas, ecologistas, vecinales y profesionales se fueron añadiendo para intentar conservar este lugar emblemático de un valor ecológico y cultural incalculable. En esta red de cooperación, fijamos como punto de partida establecer puentes entre investigadores, políticos y ciudadanía –de ahí el nombre "Pacto"– con el fin de aunar todo el conocimiento atesorado sobre el Mar Menor y aplicarlo de manera efectiva.Desde entonces hasta ahora hemos llegado hasta el Parlamento Europeo en cuatro ocasiones y nos hemos reunido con representantes de la Administración estatal, regional y local reclamando soluciones y la aplicación de la legislación medioambiental vigente. También hemos abordado la vía judicial denunciando situaciones inadmisibles que la propia ciudadanía se ha encargado de sacar a la luz, hastiada de la prepotencia con la que actúan algunos sectores del entorno del Mar Menor.
Hemos organizado jornadas en las Universidades de Murcia y Cartagena, y actividades de tipo educativo y formativo en centros universitarios, de secundaria y primaria de la Región, así como en diversas asociaciones, inclusive en algunas formadas por anglohablantes que viven en el Mar Menor. Esta divulgación de los valores y amenazas de este ecosistema único y a la difusión que han hecho los medios de comunicación regionales, nacionales e internacionales ha calado profundamente en la ciudadanía.
Nuestras demandas para el Mar Menor y sus poblaciones son claras: queremos soluciones en origen, cese de impactos y cambios en los modelos productivos insostenibles, así como recuperación de valores paisajísticos, etnográficos y culturales con especial atención al cuidado y la calidad de vida de los habitantes de sus riberas.
Todo esto lo hemos reclamado junto con otras organizaciones tan preocupadas como nosotros por el grave estado del Mar Menor, a través de marchas, concentraciones, manifestaciones como la de Murcia en 2017 o la de octubre de 2019 en Cartagena, la mayor que se haya convocado en España por el medio ambiente.
Manifestamos indignación, desconcierto, y a veces, hasta agotamiento, pero nos oxigenamos mirando alrededor y recuperamos las fuerzas viendo que cada vez más personas comparten nuestra preocupación. Sin embargo, hoy mismo vemos cómo se repiten errores pasados con la presentación de un recurso en el Constitucional que paraliza la aplicación de la nueva Ley de protección apenas aprobada, en aras del juego político o incluso económico. Encontramos también campañas que rayan el absurdo, financiadas por quienes se niegan a ser parte de la solución, siendo como son parte del problema.
Nos entristece también que, tras tanta declaración y comité, tanto afán de trabajar por el Mar Menor de todo el arcoíris político, nuestra Asamblea Regional haya sido incapaz de apoyar la iniciativa legislativa popular para dotar al ecosistema de personalidad jurídica propia. Olvidan de nuevo que la naturaleza tiene derechos y también, que existen intereses en juego que consideran al Mar Menor moneda de cambio. Por esta razón desde Pacto por el Mar Menor hemos acordado apoyar esta iniciativa para que este ecosistema pueda contar con acción judicial, allá donde la moralidad se ha perdido y el patrimonio natural se menosprecia.
Durante estos años de defensa del Mar Menor, han intentado politizarnos con la intención de debilitarnos, pero la realidad y los hechos son un cristal transparente e increíblemente limpio: nuestro lenguaje no ha sido ni es el del trueque, el del dinero o el de los favores. Hablamos la lengua del Mar Menor, porque es la que escuchamos de niños, la que nos arrulló en momentos difíciles o bellos, la que hemos heredado y aquella que queremos legar.
En este quinto aniversario, presentamos un resumen del trabajo que hemos hecho hasta hoy y un documento con la cronología de los procesos de colonización, transformación y degradación ecológica, así como de concienciación social para su restauración.
Es muy grande la cantidad de trabajo que hemos desarrollado de forma vocacional y altruista, pero nos compensa ver el cambio que se ha producido en la sociedad. Y mientras algunos crean fundaciones sectorizadas y nutridas económicamente, nosotros transferimos conocimiento, tiempo y esfuerzo sin remuneración, pero con la esperanza de legar la biodiversidad original del Mar Menor a las futuras generaciones.
Seguimos al frente porque el Mar Menor continúa luchando por sí mismo, a pesar de la sopa verde, de la desaparición de sus praderas marinas o de la muerte masiva de fauna, de especuladores y aniquiladores medioambientales. También seguimos porque la ciudadanía está cada vez más despierta e incluso ¿por qué no creer que la clase política y los sectores económicos que niegan las causas de su deterioro en algún momento escucharán al niño o la niña que fueron cuando jugaban en sus aguas?
Cinco años después seguimos siendo Pacto. Con P de perseverancia, A de amor incondicional, C de compromiso, T de temple y O de objetivo, el que es nuestra razón de ser: la defensa de un ecosistema singular, el Mar Menor, profundamente vinculado a sus gentes.
Grupo de Coordinación