Ana María Alcaraz Roca
¿Dónde está aquel mar de bronce
que orgulloso fulguraba
asomado a las pupilas
encendidas de mi infancia?
Su transparente luz
Tornasol de oros y de malvas
¿Dónde está?
Sus mansas aguas pobladas
de los recuerdos azules,
de las calladas nostalgias,
de aquel suave rumor
de balandros y de barcas
¿Dónde está?
No es un verde de sosiego
teñido con la esperanza
El color que lo domina.
Ni es su aroma, perfume intenso
De yodo y de acetábulas.
Es el color del dolor.
El olor de la miseria
La muerte cierne sus aguas
teñida con la ponzoña
de la codicia amasada
con intereses espurios
de políticos corruptos
sin principios y sin alma.
No conoceréis perdón
aunque ocultéis vuestras caras
tras las palabras vacías
y las excusas vanas.
Desde sus muertas orillas os digo:
¡Malditos seáis por siempre!
Asesinos de la vida,
destructores de mi infancia.
Mientras la luz que me alienta
no se apague en mi mirada,
mientras me queden las fuerzas
y me quede la palabra
Lucharé por la vida
Que habitaba entre tus aguas.
Oda al Mar Menor
Francisca Alcaraz Marín