En 2024 el IEO-CSIC atribuyó la aparición de la mancha a la precipitación de carbonato cálcico. Los resultados de los recientes estudios confirman que la mancha blanca está compuesta por cristales microscópicos de calcita formados in situ en la laguna, no de materiales arrastrados desde tierra firme.
En cuanto a las causas, los científicos apuntan a procesos de largo plazo derivados de la alteración de la cuenca del Mar Menor, como el aumento del nivel freático y de la carga de carbonatos en las aguas subterráneas, que habrían modificado el pH de la laguna favoreciendo la precipitación de carbonato cálcico.
El fenómeno ha tenido un fuerte impacto ecológico ya que “la opacidad del agua en la zona de la mancha ha impedido el paso de luz solar, provocando la desaparición total de las praderas de vegetación marina”. Esta investigación pone de manifiesto, una vez más, la profunda conexión entre la salud de los ecosistemas costeros y la gestión de los recursos hídricos y del territorio en sus cuencas vertientes”, apunta el investigador Juan Manuel Ruiz.
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Mancha blanca en el Mar Menor con una extensión de unos 15 km2. |