Carlos F. Iracheta
Arquitecto
Parecía que el Ayuntamiento de San Javier había hecho acto de contrición y optado por una nueva imagen que lavara los no muy lejanos episodios de corrupción y especulación que durante décadas imperaron en el municipio, episodios que condujeron a la actuación de la justicia y a la imputación o investigación de políticos y funcionarios de todos los niveles, incluso al paso por la cárcel de alguno de ellos.
Pues no, las apariencias engañan, el Ayuntamiento vuelve a las andadas en plena moratoria urbanística y pretende privatizar y AUMENTAR A 18 PLANTAS la altura edificable del solar que ocupa el antiguo Hospital de los Arcos en Santiago de la Ribera, que de equipamiento público pasaría a uso “hotelero residencial”. Se trataría con ello, según su señor alcalde, de establecer las condiciones necesarias que hagan rentable su venta para la construcción de un hotel de cuatro estrellas. La limitación de altura afortunadamente, la establece la Academia General del Aire para que los aviones no choquen con el mamotreto, que si no….
Lo publicado hasta ahora da pie a una serie de cuestiones que quedan en el aire y precisan de esa transparencia de la que tanto se habla y que es más bien opaca ¿qué números justifican esta operación? ¿Quién los ha hecho? y ¿Quién está detrás? porque parece evidente que no es una ocurrencia del Sr. Alcalde y por lo tanto hay que poner las cartas boca arriba.
Los rumores que circulan hablan de la pretensión de un “emprendedor de turno” de edificar un bloque apartamentos turísticos, pero que al ser inviable urbanísticamente, el Ayuntamiento le aclara el camino con el viejo truco de, primero hotel, después aparthotel, después apartamentos turísticos y finalmente apartamentos en venta. Negocio redondo, porque nadie en su sano juicio haría un hotel de al menos 200 habitaciones en ese lugar con una playa llena de cieno y más si se tiene conocimiento de que en este momento hay cinco establecimientos hoteleros en venta en Santiago de la Ribera, o sea casi todos.
Pero lo más sorprendente del asunto es el procedimiento a seguir, pues según dice el Sr. Alcalde se trasvasará edificabilidad, aprovechamiento urbanístico o volumen edificable, desde una parcela de La Manga a la que al parecer “le sobra o no le cabe” la edificabilidad que le corresponde, aplicando para ello aquel viejo cuento del TELETRANSPORTE, que se inventó en la extinta Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Murcia y que terminó con la imputación de la cúpula y altos cargos de la Gerencia en términos similares a los de San Javier. El monstruoso “modelo” La Manga se implantó y toleró porque se declaró Centro de Interés Turístico Nacional que era algo así como “a pajera abierta” y en consecuencia no es tele transportable a Santiago de la Ribera.
Lo que se pretende hacer de trasvasar aprovechamiento urbanístico de La Manga a Santiago de la Ribera es simplemente ilegal, una práctica corrupta y especulativa que nos devuelve a un triste pasado. Con ello se incumple uno de los principios rectores del urbanismo de Santiago de la Ribera que con buen criterio establecieron para la primera línea frente al mar una altura máxima de dos plantas si el uso es residencial y excepcionalmente una o dos plantas más si el uso es hotelero, en nuestro supuesto dieciséis plantas más. La excepcionalidad que se pretende conceder al solar de Los Arcos es también ilegal porque se trata de una “reserva de dispensación o vinculación singular” expresamente prohibida por la Ley.
Al Sr. Alcalde parece que lo único que le preocupa trámites aparte, es el club de piragüismo ¡lastimica, vaya por Dios! Los vecinos, usuarios de la playa y ciudadanos en general le importan un pito y no digamos la imagen de la ciudad, ignora que las repercusiones que deberían ser de estudio obligado, que se derivan de su mamotreto de 18 plantas, 60 metros de altura aproximada y más de 100 metros de longitud paralela al mar y al paseo marítimo, son de muy diversa índole, mayor densidad de población y necesidad de plazas de aparcamiento, en una zona ya de por sí congestionada por la existencia precisamente de grandes torres de apartamentos sin garaje.
Como consecuencia de las sombras arrojadas por el mamotreto, desde el amanecer hasta bien avanzada la mañana los vecinos próximos no verán el sol y mermará el potencial rendimiento de paneles solares, al atardecer el frente de playa de más de cien metros estará en sombra impidiendo el uso normal de la misma, se alteraran los vientos dominantes y se perderán vistas al mar. Cuestiones urbanísticas que menoscaban derechos adquiridos por los ciudadanos y en definitiva el DERECHO A LA CIUDAD.
Sr. Alcalde, ese no es el camino, la edificabilidad dada a La Manga en su día, ya fue excesiva, y disparatada y el resultado a la vista está, tele transportar el exceso de aprovechamiento urbanístico que ya es insostenible en La Manga a Santiago de la Ribera es aún más insostenible. Mejor sería destinar Los Arcos a Residencia Pública de Ancianos que buena falta hace y no un nuevo caso Algarrobico 2.