Nuestro maltratado Mar Menor está mostrando estos días una cierta recuperación en las aguas someras aunque no así en sus aguas profundas. Poco se ha hecho para evitar su muerte, aunque el sellado de los tubos que arrojaban las salmueras a la rambla del Albujón y de ahí a la laguna, fue un paso importante.
Nos alegramos de que las praderas formadas por la fanerógama marina Cymodocea nodosa que crece en zonas muy iluminadas y del alga Caulerpa prolifera que cubre zonas más alejadas de la orilla, hayan experimentando un crecimiento significativo a principios de este verano, tal como se puede observar a simple vista y demuestran los últimos trabajos del IEO y ANSE.
Pradera de Cymodocea nodosa en aguas someras del Mar Menor. Julio 2018 |
Durante décadas se han arrojado, y por desgracia siguen llegando, miles de toneladas de nitratos y otros compuestos químicos al Mar Menor procedentes principalmente de la agricultura intensiva que se lleva a cabo en su entorno. Los vegetales marinos mencionados arriba captan y han captado esos nutrientes de la columna de agua y han retenido sedimentos. Es decir, han hecho un "trabajo" que ha contribuido a la transparencia de las aguas a pesar de las agresiones a las que nuestra laguna costera sigue sometida, por esa razón, es de vital importancia su recuperación.
Si bien, es una buena señal la ausencia de turbiedad estos días en las aguas poco profundas, no debemos olvidar que todavía falta mucho por hacer para evitar la entrada de nutrientes en el Mar Menor, tales como la voluntad política en la aplicación de la legislación vigente de medidas urgentes para su protección o la aprobación de una ley integral del Mar Menor que lo protegería no solo de los efectos de la agricultura sino del resto de amenazas a este espacio tan frágil: construcción, residuos mineros, infraestructuras, etc.
Pradera de Caulerpa prolifera en el Mar Menor. Julio 2018 |
Asimismo, esperemos (y deseamos) que cuando las temperaturas suban a lo largo del verano no se produzca otra explosión de fitoplancton como la que oscureció las aguas de nuestro patrimonio más emblemático hace ya casi tres años.
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