miércoles, 26 de septiembre de 2018

Se sigue sin iniciar los cambios propuestos por la Ley de Medidas urgentes de 7 de febrero de este año

Se acabó el verano y con el comienzo del otoño viene la parte más dura para aquellos que, como Pacto por el Mar Menor, luchamos por una recuperación integral del Mar Menor.
La mayoría de personas que disfrutan regularmente de este ecosistema único se han marchado a sus lugares de residencia con el recuerdo de esas aguas cristalinas que ha mostrado nuestra laguna este verano. Recordarán los caballitos de mar que algunos veían por primera vez, el verde de las praderas sumergidas y la vida que había en ellas... pero quizá, desgraciadamente, muchos olviden las amenazas que se ciernen en el entorno de nuestra laguna, tales como la ausencia de medidas de prevención de avenidas y que han puesto de manifiesto las lluvias del 14 al 15 de septiembre sobre el Campo de Cartagena, que con menos de 50 l/m2, provocaron una erosión y una riada considerable que ha enturbiado de nuevo las aguas de la zona comprendida desde la salida del canal del Albujón hasta Punta Brava en Los Urrutias.


Durante estos días de finales de septiembre vuelven las prácticas agrícolas desafiantes a la ley que una mayoría del Parlamento Regional, con los votos en contra del partido en el Gobierno, aprobó el 1 de febrero de este año. Entre otras, antes de febrero de 2019, las explotaciones agrícolas tienen la obligación de instalar estructuras vegetales destinadas a la retención y regulación de aguas, control de escorrentías, absorción de nitratos y protección frente a la erosión del suelo; o la de disponer los cultivos y la preparación del terreno y plantación o siembra, siguiendo las curvas de nivel según la orografía del terreno, quedando prohibido el laboreo y cultivo a favor de la pendiente. Otras de las medidas que no se están cumpliendo son la del apilamiento temporal de estiércol durante un tiempo máximo de 72 horas, y que provoca invasiones de moscas en las poblaciones de alrededor, y la vigilancia en el uso de fertilizantes, tal como dice el art. 14.





Además, se sigue extrayendo agua de riego ilegalmente del acuífero con el consiguiente vertido de salmuera que de manera directa o indirecta llega al Mar Menor.

¿Qué tiene que volver a pasar para que se inicien los cambios a los que obliga la ley? ¿Tenemos que volver a vivir una explosión de fitoplancton que oscurezca las aguas de nuevo para que veamos qué frágil es este lugar maravilloso?

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