martes, 28 de febrero de 2017

El Ejido II vs Mar Menor

Celia Martínez Mora
Investigadora del IMIDA e integrante del Grupo de Coordinación de la plataforma Pacto por el Mar Menor

Con las nuevas campañas agrícolas en el entorno del Mar Menor se han producido nuevas transformaciones en el paisaje. A vista de pájaro resulta difícil diferenciar dónde empieza el Mar Menor y dónde termina el mar de plástico.

El crecimiento diario de estas explotaciones agroindustriales en una zona que está en estudio por la Unión Europea debido al impacto medioambiental negativo, es incomprensible y brutal. Más aun considerando la escasez de agua y de energías renovables en este territorio. La transformación de la agricultura tradicional en agricultura industrial intensiva en esta zona vulnerable debe ser controlada y frenada por la Administración en un ejercicio de responsabilidad y coherencia.

¿Puede la ciudadanía respirar tranquila sabiendo que se usan organoclorados a pocos metros de su lugar de veraneo o residencia? Esta agricultura no es una vecina compatible ya que emplea abonos y plaguicidas, y sus plásticos son altamente contaminantes. Recordemos que estos plásticos de invernadero son residuos peligrosos que ligados a la producción industrial de la agricultura contribuyen a la contaminación de la atmósfera, a la de las aguas superficiales y de los acuíferos, del suelo e incluso elevan el riesgo de incendios, por no hablar del tremendo efecto visual.
En algún momento hay que ser valiente y poner freno a que la rentabilidad económica de algunos vaya en detrimento del patrimonio y la calidad de vida de todos.

Cultivos bajo plástico hasta el Mar Menor 26 de febrero 2017
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