Nota de prensa 26 de febrero 2018
Una vez más, la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente inicia el “acondicionamiento” de las playas de la Mar Menor ante la inminente llegada de la temporada turística de la Semana Santa.
Una vez más, la Consejería da prioridad al turismo frente al medio ambiente, olvidando las recomendaciones del Grupo de “Ecología lagunar” del Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor, que en la conclusiones aportadas al estudio encargado por la Oficina de Impulso Socioeconómico del Medio Ambiente (OISMA), indicaba expresa y claramente que hay que prohibir el mantenimiento de playas con maquinaria pesada.
En esta ocasión, estos “acondicionamientos” no están dentro de ningún Plan Litoral, como el que se aplicó en el 2107 tras los episodios de lluvias torrenciales. Es, simplemente, una rutina o inercia de la Administración Regional y Local que en ningún momento favorece la recuperación de la laguna y, menos aún, la de sus fondos más someros o litorales totalmente enfangados.
Los responsables de estas actividades en las playas no parecen mostrar ningún interés en las recomendaciones de los expertos ni parecen darse cuenta de que la situación actual de enfangamiento de los fondos es debida, en gran medida, a las regeneraciones realizadas, ininterrumpidamente, desde la década de los 80 del pasado siglo.
La deriva litoral de las arenas aportadas para crear estas “playas paradisíacas” por las corrientes litorales favorecen la pérdida de profundidad en las cercanías de puertos deportivos o pantalanes y ejercen un efecto acumulativo de la materia orgánica existente (algas muertas) que, al quedar atrapada y descomponerse, produce fangos que contribuyen a la degradación del Mar Menor.
Por tanto, las Administraciones competentes, a través de estos “acondicionamientos” de playas, están produciendo un daño ambiental, como ya denunció la Plataforma “Pacto por el Mar Menor” el día 1 de junio de 2017 ante la Fiscalía de Medio Ambiente, dando lugar a las diligencias de investigación nº157/17, que siguen en marcha. Asimismo, el pasado 12 de febrero de 2018, el Comité de Participación Social puso de manifiesto que estas actuaciones sobre las playas eran dañinas para la laguna.
¿Hasta cuando los intereses turísticos van a primar frente a los ambientales en esta Consejería de tan difícil encaje? Alguien debería contestar a esta pregunta que nos hacemos tantos ciudadanos al comprobar el desatino y las malas prácticas de quienes deberían dar ejemplo.
Grupo de coordinación
Plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor