Actividades de estudio y seguimiento del fitoplancton en el Mar Menor
José Benedicto
Químico, investigador IEO jubilado e integrante del grupo de coordinación de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor
Ante la noticia aparecida en la prensa regional el 16 de Junio de 2017, titulada “Alrededor de 30 niños resultan afectados por dermatitis en un viaje a la playa del Mar Menor”, y la respuesta de la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, confirmando que, efectivamente, un grupo de niños fue atendido en la tarde del miércoles 7 de junio tras sufrir picores y un cuadro muy leve de erupciones cutáneas al bañarse en la playa ubicada entre el antiguo bar ZM y la isla del Ciervo, he creído conveniente hacer una revisión sobre los resultados obtenidos y divulgados de las actividades de seguimiento del fitoplancton (tóxico y no tóxico) que se han realizado recientemente.
Sorprende comprobar que la información disponible sobre el estado y evolución del fitoplancton se limita a la contenida en el “Informe Integral sobre el estado ecológico del Mar Menor”, del 6 de febrero de 2017, y que es contradictoria en relación con la existencia o no de floraciones algales nocivas (FAN), productoras de toxinas. Los equipos de investigación de la Universidad de Alicante y del Instituto Español de Oceanografía aceptan y documentan la existencia de estos eventos mientras que el equipo de la Universidad Politécnica de Cartagena las desmiente.
Si los especialistas y miembros del Comité Científico Asesor concluyen en el “Informe Integral”, de febrero pasado, que sería necesario continuar con los trabajos para conocer la composición y abundancia del fitoplancton, tóxico y no tóxico, del zooplancton, para poder realizar un análisis detallado de la red trófica planctónica, ¿tiene que ocurrir un incidente en la población para que se analice en las aguas de baño la presencia de especies de fitoplancton productoras de toxinas?
Durante el verano de 2016 se aplicó de manera urgente e inmediata un “Plan de Vigilancia de Microalgas Potencialmente Tóxicas” que incluía la determinación taxonómica de las especies y toxinas de los diferentes géneros existentes. ¿Qué resultados se obtuvieron del estudio de 4 meses de duración que realizó la Universidad Politécnica de Cartagena? ¿Los resultados obtenidos aconsejaron su no aplicación este verano?
Si la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente pretende fomentar la divulgación de los datos del Mar Menor, obtenidos en los estudios e investigaciones, debería facilitar este tipo de información que echamos en falta y que repetidamente se ha prometido facilitar a la ciudadanía.
El análisis completo de la situación del fitoplancton en el Mar Menor se puede ver haciendo clic aquí.
Ante la noticia aparecida en la prensa regional el 16 de Junio de 2017, titulada “Alrededor de 30 niños resultan afectados por dermatitis en un viaje a la playa del Mar Menor”, y la respuesta de la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, confirmando que, efectivamente, un grupo de niños fue atendido en la tarde del miércoles 7 de junio tras sufrir picores y un cuadro muy leve de erupciones cutáneas al bañarse en la playa ubicada entre el antiguo bar ZM y la isla del Ciervo, he creído conveniente hacer una revisión sobre los resultados obtenidos y divulgados de las actividades de seguimiento del fitoplancton (tóxico y no tóxico) que se han realizado recientemente.
Sorprende comprobar que la información disponible sobre el estado y evolución del fitoplancton se limita a la contenida en el “Informe Integral sobre el estado ecológico del Mar Menor”, del 6 de febrero de 2017, y que es contradictoria en relación con la existencia o no de floraciones algales nocivas (FAN), productoras de toxinas. Los equipos de investigación de la Universidad de Alicante y del Instituto Español de Oceanografía aceptan y documentan la existencia de estos eventos mientras que el equipo de la Universidad Politécnica de Cartagena las desmiente.
Si los especialistas y miembros del Comité Científico Asesor concluyen en el “Informe Integral”, de febrero pasado, que sería necesario continuar con los trabajos para conocer la composición y abundancia del fitoplancton, tóxico y no tóxico, del zooplancton, para poder realizar un análisis detallado de la red trófica planctónica, ¿tiene que ocurrir un incidente en la población para que se analice en las aguas de baño la presencia de especies de fitoplancton productoras de toxinas?
Durante el verano de 2016 se aplicó de manera urgente e inmediata un “Plan de Vigilancia de Microalgas Potencialmente Tóxicas” que incluía la determinación taxonómica de las especies y toxinas de los diferentes géneros existentes. ¿Qué resultados se obtuvieron del estudio de 4 meses de duración que realizó la Universidad Politécnica de Cartagena? ¿Los resultados obtenidos aconsejaron su no aplicación este verano?
Si la Consejería de Turismo, Cultura y Medio Ambiente pretende fomentar la divulgación de los datos del Mar Menor, obtenidos en los estudios e investigaciones, debería facilitar este tipo de información que echamos en falta y que repetidamente se ha prometido facilitar a la ciudadanía.
Fotografía de Aisac Studio tomada el 30 de mayo 2017 |