El día de santa Teresa de 1879 más de 1.000 personas morían en nuestra región a consecuencia de una tremenda riada. Sin embargo, el cartagenero Ricardo Codorniú, ingeniero de montes, no se conformó con lamentarse de la lluvia caída ni se puso a idear artilugios que desviaran el cauce de los ríos. Codorniú fue a buscar el origen de ese desastre, y encontró que la tala de árboles de las sierras colindantes para construcción de viviendas y barcos y para combustible durante siglos facilitaba el descenso del agua embravecida sin ninguna barrera que la detuviera.
La restauración hidrológico-forestal de Sierra Espuña, un modelo reconocido mundialmente, que se llevó a cabo en sus montes es el resultado de un gran empeño y la inteligencia de comprender que catástrofes como esa podían evitarse encauzando y frenando con arbolado las lluvias torrenciales.
Pacto por el Mar Menor exige que se lleven a cabo medidas poniendo el foco en el origen del desastre causado por urbanizaciones e infraestructuras construidas en zonas inundables, en la erosión resultante de la eliminación de terrazas en cultivos de la agricultura intensiva, etc., para que cuando ocurran estos fenómenos metereológicos –cada vez más frecuentes– no tengamos que volver a lamentar una y otra vez pérdidas medioambientales y económicas.
Grupo de coordinación
Nueva inundación en Los Alcázares el 3 de diciembre 2019
Murcia.com La Opinión, La Verdad La crónica del pajarito